El payaso que se reía del pueblo

jueves, agosto 11, 2011

Cuentos para Niños Cool: El Payaso que se reía del pueblo (mp3)

Audio: El "cuento" de los tres corazones

martes, agosto 09, 2011

Cuentos para Niños Cool: El "cuento" de los tres corazones (mp3)

Audio: El valor del queso

Cuentos para Niños Cool: El valor del queso (mp3)

El “cuento” de los tres corazones

jueves, julio 19, 2007

“Había una ve-lleza en la puerta de un boliche. Todos querían bailar con ella y nadie arrimaba la chata (¡pero qué diiice!). Entonces ella dijo: “A ver muchachos, ¿quién va a romper el hielo?”. Hacía tanto frío que nadie podía romper el hielo porque todos estaban congelados (¡pero qué diice!). Y bueno, apareció un guashamboy en un coche importado, recién traído de Madagascar, y le dijo: “Hello baby, si quieres deja la universidad y cásate conmigo, porque sinmigo vivirás bajo la línea de la pobreza”. Ella respondió: “No te quiero, porque no es lo mismo un corazón de oro que un corazón con oro o un siete de corazones” (¡pero qué dice!). Entonces, el pobre agrandado se marchó y apareció otro, con mirada cabizbaja y con voz entrecortada, le dijo: “¿cumbia, nena? Mi cuñao fue al Mercado Central y se trajo un corazón grande, ¿querés que lo morfemos entre los dos, che?”. Ella, decepcionada, respondió: “No te quiero, porque de nada sirve un gran corazón si de verdad no es un corazón grande”. A esta altura, estaban todos confundidos, pero ella seguía histérica y tenía tanto frío que su minifalda retumbaba como los huesitos del oído medio cuando le enchufás un auricular al máximo con MetállicaDe repente, un joven se compadeció y le entregó su abrigo. Entonces ella dijo: “No sé quién eres, pero sé cómo eres. Te quiero, huevón”. Y fueron felices para siempre, por más que él se haya congelado.Moraleja: No es lo mismo un corazón grande, que un gran corazón o un corazón agradando.Colorín colorado, este cuento se ha acabado, si tienes un gran corazón, no dudes en mostrárselo a la vecina de al lado, ¡pero qué diice!

El valor del queso

Había una vez..tia, hijo de un torero y de una vaca. Era visitador de carnicero. Caminaba 50 km. por día con la misma alpargata y cada noche dejaba sus dos alpargatas en la azotea. Cuando corría un vientito, el olor a pata llegaba hasta las márgenes del Nilo.Un traficante de queso, llamado Muhamar Bolismán El Rodilludo, advirtió que se le estaba vaciando el depósito. “Oh, Alá, Alá, Ala marosca, si no hay queso me quedo sin mosca” –pero qué diiice-. Entonces apareció el bichito de la razón y le dijo: “Hombre, puez deja de lamentarte y secuestra el queso más valioso del mundo”. Bolismán El Rodilludo, esculpido de asombro, preguntó: “¿Y dónde está el queso más valioso del mundo? ¿En “Aguilar, grande de verdad”? A lo que el bichito de la razón contestó: “¡Pero qué dice. Hombre, esta noche sal a la vereda (y luego deja el salero adentro) y déjate llevar por el olor a pata hasta que lo veas. Allí lanzarás tu caña de pescar, cazarás dos alpagartas y lo llevarás a tu depósito. Y mañana, cuando te levantes, en tu depósito tendrás el queso más valioso del mundo”. Para ventilar su nariz del olor a pata, Bolismán El Rodilludo hizo un ventilador nasal haciéndose un moño con los bigotes e hizo lo que le aconsejó el bichito de la razón.Al amanecer, Bolismán el Rodilludo no dejó de agradecer a Alá por el milagro. Pero como ese queso era una alpargata robada, lo que había hecho, no estaba ¡legitimado!Entonces, esta vez el bichito de la razón, de Crónica y de diario Popular también apareció ante el visitador de carniceros, que ya no podía trabajar para comer, porque no tenía alpargatas y le dijo: “Hombre, tomad la tarjeta de crédito y ve al almacén de Bolismán El Rodilludo y compra un kilo del queso más valioso del mundo y como buen comilón, cómetelo”. Tras gastar una fortuna en ese queso, el visitador de carnicero se lo comió todo. E inmediatamente dos lagartijas entraron por la ventana con un rodaje de hilos de oro e iniciaron un armonioso y elaborado tejido en los dos pies de la bestia. De este modo, las patas de la bestia se vistieron de oro. Sin poder creerlo, la bestia agradeció el favor concedido a Alá. Entonces, nuevamente se apareció el bichito de la razón y le dijo: “Bestia, no olvides que yo te hice el favor. Págame diez hormas del queso más valioso del mundo y saldaremos las cuentas”. Y así lo hizo.Moraleja: “las buenas ideas son bien pagas”.Colorín colorado, este cuento se ha acabado. Ponemos un tema y... nos vamos de la radio. ¡Pero qué diiice!

Ameba Proteus Love History

Ameba Prometeus Love History", se llama; y si no te lo cuento hoy, te lo cuento mañana. ¡Pero qué diiice, que los guachos van a salir corriendo! Había una beba llamada Bianca, tan blanca como la espuma del lavarropas. Y había otro bebé llamado Adepoju, tan negro como los discos de vinilo de Pantera. Bianca y Adepoju eran ameba proteus, es decir, seres unicelulares, o sea, de una sola célula -y con teléfono incluido, porque eran celulares, ¡pero qué diice! Bianca parecía un huevo frito. Adepoju, un galleta de chocolate con una mermelada de pera en el medio. Eran tan chiquitos que más allá de que fueran hinchas de Boca, no tenían boca para hablar. Pero a Bianca le gustaba Adepoju y a Adepoju le gustaba Bianca. Pero como eran bebés, el amor los ponía colorado de vergüenza. Y cuando Bianca se ponía colorada se parecía a Adepoju y cuando Adepoju se ponía colorado se ponía tan blanco que se parecía a Bianca. Entonces, como sucede con los grandes, el amor los confundía. Pero una tarde apareció una tenia saguinata, muy hambrienta. "¡Oh! Dos amebas proteus. Alimento balanceado, me los voy a comer". Al oír esto, Bianca se asustó tanto que se puso a llorar. Entonces Adepoju, con osadía, valentía y coraje, dijo: "Mi papá es más fuerte y te va a comer a vos". La tenia saguinata, horrorizada al escuchar la voz de un bebé que no tenía boca pero era hincha de Boca, huyó al rincón más oscuro del sótano. De este modo, el negro Adepoju, más blanco que nunca, le dijo a Bianca: "Yo con vos y vos conmigo, ¿sí?". "Ajó, ajó" fue la respuesta de Bianca, que estaba tan colorada que se parecía a Adepoju. Los dos se juntaron para siempre pero no pudieron tener hijos, porque al ser unicelulares, no pudieron tener relaciones sexuales, y esto lo digo simplemente porque rima. ¡Pero qué diiice! Moraleja: "El amor existe hasta en las cosas más chiquitas de la naturaleza". Colorín colorado, este cuento se ha acabado, ponemos un tema y...nos vamos de la radio. ¡Pero qué diiice!"

La vaca explotada


Moraleja era una vaca culta, sabia y legitimada. Por esta razón es que daba leche cultivada. Su piel era un perfecto tablero de ajedrez. Por este motivo, esta vaca jamás dormía porque sus dueños jugaban largas partidas de ajedrez durante las noches. Pobre vaca. A la larga, se le fueron armando ojeras por tantos días de sueño acumulado, hasta que la ojera fue tan grande que empezó a emanar un extraño líquido violeta: era jugo de uvas fermentada, es decir, vino vaquero.El dueño se hizo rico gracias a la leche cultivada y el vino tinto a granel de su vaca. Todo esto sin contar con la comisión de las apuestas que cobraba por cada partido de ajedrez que se disputaba a lo largo de todo el día y toda la noche.Para el colmo, Moraleja empezó a salir en todos los diarios del mundo y al dueño no se le ocurrió mejor idea que poner un stand en su casa para hacer cobrar visitas guiadas.A pesar de soportar con valentía su pesada vida, la magnífica vaca un día no pudo más se desató en lágrimas: resulta que esas lágrimas desinfectaban todo lo que tocaba. _ ¡Oh! Sus ojos son manantiales de jabón desinfectante. Pondré una fábrica de jabón y haré que esta vaca siga sufriendo para que siga llorando y así me haga millonario más rápido_ dijo su propietario lo que en realidad dicen y hacen todos los explotadores del mundo.Es que Moraleja hacía lo siguiente: daba leche cultivada, vino tinto a granel, alcohol desinfectante y además generaba dinero derivado por las apuestas hechas en su piel de ajedrez y en las visitas guiadas.Un día Moraleja murió, su piel fue embalsamada y siguió siendo tablero de ajedrez.Moraleja: muchos quieren ser ricos sin trabajar, pero como para ser rico hace falta generar dinero y como eso requiere esfuerzo, el que termina haciendo ese esfuerzo es el más humillado. Entonces así se pierde el sentido humano y trascendental del trabajo. Esto pasa y aunque parezca mentira, está legitimado.Colorín colorado, este cuento se ha terminado, y espero que esto sea un granito de arena, para que en el mundo no hayan más explotados.

La zorra y el leñador, versión Clonaldo

Había una vez-tia, que trabajaba de patovica en un boliche y le daba duro a la creatina, ¡pero qué diice! De repente, ve a una zorra (para no decir otra palabra) ¡pero qué diiice!, que estaba siendo perseguida por una patota. La zorra, que como Máxima era Zorra-igueta, ¡pero qué diiice!, lo ve al patovica y le dijo: “¡Hombre malo, me persigue una patota, escóndeme en el boliche!”. Y el patovica la dejó pasar y ella se escondió en el baño de mujeres.Al toque llegó la patota y uno de ellos le encaró al patovica: “¿Cumbia, uón?, ¿has visto a una bella zorra-igueta? ¡pero qué diiice!”. El patovica, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba el baño de mujeres donde la zorra-igueta se había escondido.Los patoteros, al tener su mirada enceguecida en la zorra-igueta, no comprendieron las señas de la mano patovica y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra, o sea, en el “nou, itisen”, ¡pero qué diicee! Entonces, el patovica jefe dijo: “¿Cumbia, uón, otra vez se nos escapó?”. Y se las tomaron.Entonces la zorra salió acompañada, porque las mujeres nunca salen solas del baño de mujeres, ¡pero qué diiice!. Al pasar por la puerta del boliche, le cortó el rostro al patovica; esté se cebó y le reprochó a ella porqué después de haberla salvado no le dijo “¡gracias, totales!, chan chaaan” (¡pero qué diiice!), a lo que la zorra-elgueta, que se llamaba así porque era una zorra-igueta sanjuanina, ¡pero qué diiice!, le respondió:“Hombre malo, te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo”.Moraleja: la zorra de Morales, se aleja, ¡pero qué diiice!Moraleja: de nada sirve ir al gimnasio y tomar creatina si a la hora de enfrentar la verdad, la verdad te debilita. Dicho con palabras de doña Rosa, “entre lo dicho y lo hecho, hay mucho trecho”.

Okocha, la cucaracha condenada

Había una be-lla mariposa technicolor que dibujaba con sus alas el color del arco iris. Un día, se topó con una cucaracha triste. La mariposa le preguntó con su dulce voz, mariposota:_ Oye, hombre malo, ¿os halláis sumergido en la tristeza?_ Sí, todos se burlan de mí porque soy fanático de la UTN y escucho a Camilo Sexto._ ¡Pero qué diice! (dijo la mariposota)Ante tal estupidez, la cucaracha confesó su verdad._ Amiga mariposona, ando saliendo con un camote._ ¿Y qué es un camote?_ Es una batata triste y frustrada que si no levanta su ánimo lo van a hacer puré._ Llévale unas flores y una casita Yale _ le aconsejó la mariposona, sin ser consciente de que estaba condenando a muerte a la cucaracha.Dos días después, cuando la mariposa se murió, San Pedro lo cazó cuando intentaba meterse en el Cielo._ Oye Mariposa, te di tres días de vida y mataste a una cucaracha. No mereces entrar en el Cielo __ Quizás si me dieras una oportunidad podría salvar la vida a una cucaracha y así reparar este error._ Buena idea, de ahora en más te llamarás Okocha, serás una cucaracha y tu misión será salvar al pueblo cucaracha de los insecticidas.Dicho y hecho.Okocha cerró los ojos y al abrirlos se encontró en medio de una cocina repleta de casitas Yale. Entonces dijo:_ Antes de emprender mi misión dormiré una siestita en alguna de estas casitas.Dicho y hecho. Apenas pisó la casita, Okocha quedó atrapado en la trampa y esta vez el veneno lo noqueó de una y para siempre.Moraleja: Si dejas de lado tus metas, te meterás en una inocente condena.

El piojo talentoso de Beethoven

Había una vez un niño que soñaba con la música pero no podía escucharla. Un día, a ese niño le picó una mosca, y sin saber hablar, le dijo: “a mí no me gusta la mosca, por lo tanto vete de mi piel, porque la mosca no está legitimada”.Como en esa época los niños no se lavaban la cabeza, un día su mamá le puso una peluca igual a la que años después usaría George Washington y lo llevó al Palacio de Versailles, en París. Cuando llegaron, el niño estaba tan sorprendido que quiso ir al baño. Pero resulta que el Palacio de Versailles nunca tuvo baño, porque la gente no se bañaba. Entonces fue a las escaleras y mientras hacía popó, un piojo se le subió a la cabeza y empezó a rascarlo. _ Niño, siéntate en ese piano y demuéstrale a la nobleza que eres más talentoso que Charly García, cuando tenía 12 años y escuchó por primera vez a los Beatles _El niño, ante la sorpresa de todos, empezó a tocar el piano.“¡Es increíble!”, decían unos; “aunque no pueda sacar un disco, este niño va a hacer historia”, decían algunos más.Su madre estaba tan orgullosa de él que decidió hacerle un retrato con esa peluca. Más tarde, cuando el piojo vio que no salía en ese retrato, se enojó con el niño: lo acusó de “aburrido” y comenzó a transmitirle partituras aburridas; pero como el niño ya había experimentado el rocanrrol de ese piojo, supo combinar con talento la música sinfónica con la pasión roquera y así fue que hizo de la música clásica una pasión de multitudes, para lo que era esa época.En tanto, tuvieron que pasar seiscientos años para que el piojo pudiera crecer y sacar sus propios discos de rocanrrol.MORALEJA: “Nene, si te rascás la cabeza, acuérdate que no es lo mismo una mosca que un piojo, porque gracias a los piojos existe el rock clásico”.Colorín colorado, este cuento se ha acabado, y yo me rasco la cabeza, porque hace una semana que no me baño. ¡Pero qué diice!

Monótona felicidad

Había una vez, en un cibercafé, una bella adulta joven que jugaba con su computadora y se llamaba Poliana। Una tarde, el monitor de la PC se chupó a Poliana y así se convirtió en un víctima de mouse।_ ¡Me persigue el mouse! ¡Eso no está legitimado! ¡Qué horror!_ chilló Poliana।En tanto el mouse, junto al jostick y el teclado, perseguían a Poliana। De repente, el teclado presionó una tecla no legitimada y Poliana, agobiada y extenuada, salió del monitor y regresó a la vida real. Cuando su mamá la vio, se dio cuenta de que ahora su hija hablaba en código binario, es decir, sólo la entendían las computadoras; dicho con otras palabras, los aparatos.Así fue como Poliana tuvo la suerte de conocer a un aparato y enamorarse de ese aparato. Fue una noche en que él le dijo:_ No sé tú, pero yo...Y ella, en código binario, le respondió con el corazón:_ Sí, sí, sí, no, no, no, sí, sí, sí, no, no, no __ ¡Oh!, eres la mujer indecisa de mi vida__ Sí, sí, sí, no, no, no _Así fue como Poliana y Luis Miguel fueron felices y aburridos para toda la eternidad.Moraleja: “si seguís chateando te vas a casar con un aparato”.Colorín colorado, este cuento se ha acabado, y yo me voy al baño, porque ya me estoy ca॥¡pero qué diicee!

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